Gold Finger Barcelona
Lo mío con Gold Finger fué amor a primera vista. Pero de esos de verdad. De los que van poco a poco, sin querer y cada vez a más.
Pasito a pasito me he ido acercando, como quien no quiere la cosa, a esta artistaza. Ella es Marta Sabaté. Y define su marca así: » GoldFinger Barcelona, joyería poética para la vida urbana moderna…»
Después de darle un repasito a nuestra página en Esty, saltando de página en página di con la suya y me gustó muchísimo su joyería hecha con resina en la que incrusta cositas divertidas y bonitas. Aquí os dejo el link de su web: http://goldfingerbarcelona.com/. Y también su página en Etsy: http://www.etsy.com/es/shop/GoldFingerBarcelona.
Pensé que hacía cosas muy originales a la par que divertidas y sugerentes. Me encantan los escenarios en miniatura que crea, me recuerdan a la maqueta de trenes que tenía mi padre en casa cuando era pequeña y las tardes pegando arbustitos y figuritas esperando en la estación con sus micro-maletas.
Vi que era de mi misma ciudad, Barcelona. Me pareció tan original que la recomendé en mi página de Facebook cosa que no suelo hacer con nadie. (O no solía, porqué voy empezar a hablaros de mis creadores favoritos.)
Y, ahora, ya pasados un par de años da la santa casualidad de que empiezo a vender en una tienda dónde también vende ella.
¡Esto está escrito en el firmamento! ¡Tengo que hacerme con una de estas maravillosas piezas!
Lo que más me gusta son esas figuritas sobre ese «azul piscina» con el brillo de la resina que parece que esté mojado, una maravilla!
¡Confesión!
A todo esto tengo que confesar que tengo una obsesión en mi subconsciente. Resulta que cuando me voy dormir y he cenado algo salado, o tengo sed por lo que fuere…tengo un sueño recurrente; sueño con piscinas. Yo me sumerjo y nado y buceo. Jajajaja. Me gusta mucho el mar también pero cuando sueño, lo hago con piscinas. En mis recuerdos oníricos he estado en la piscina de la tendera, de un profesor, de amigos, piscinas de paises extraños, pero siempre piscinas. Curioso…Pero me encanta despertar, ir a la nevera a por agua, y recordar que he estado buceando.
Y ahora, cuando me baño en verano (en la realidad) en la piscina del apartamento de mi tíabuela, me es imposible no pensar que soy una de esas figuritas de los anillos de GoldFinger.
…y desde que empecé escribiendo el borrador de este post hasta que lo he corregido y publicado…
¡Me he hecho con uno de ellos!
Ya puedo pasar un invierno más feliz (¡no me gusta el frío!) porque una parte de mi estará siempre bañándose en la piscina soleada de mi tíabuela.